Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
sábado, 24 de enero de 2015
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Había ido a dejar a mis primos a su casa y cuando volví a casa, después de unos momentos oí la voz de Nuestra Señora que me habló de nuevo y me dio un segundo mensaje:
Hijo mío, el fruto de la justicia es la paz. Sólo los justos tendrán la verdadera paz concedida por Dios.
Cuanto más justo seas, más paz tendrás: la paz que cura, la paz que te da tranquilidad y te libera de toda opresión.
La paz de la que te habla el mundo no es la paz que procede de Dios; es una paz falsa, que no convierte. La paz que te da Dios convierte, libera del pecado, renueva las familias, abre los corazones al amor de Dios y al amor al prójimo. Desea la paz del cielo, la paz que viene de Dios. Luchad con fe y con todo vuestro ser por esta paz del Señor y Él os la dará.
Dios es misericordioso, hijos míos. Cuando os unís al Señor, Él se complace y mueve los cielos para mostraros su amor. Dios hace grandes cosas con los que le abren su corazón sinceramente.
Donde hay verdad y sinceridad, allí está Dios. Donde hay amor y renuncia al pecado y a todo mal, Dios está presente actuando con su gracia.
Cuando una persona abre verdaderamente su corazón, Dios la consuela. Entonces Dios llena ese corazón con su amor, hace que se mantenga firme en sus santos propósitos de resistir a las tentaciones, vanidades y seducciones del demonio y del mundo.
Almas llenas de amor es lo que Dios desea. Almas que sepan ser luz para otros que están en tinieblas. Cuanto más amen, más santas serán, porque el amor las santifica y las une profundamente a Dios.
El amor repara numerosos pecados. El amor te abre las puertas del cielo. El amor es Dios, hijos míos, y Dios os ama inmensa y eternamente.
Sed de Dios, porque Él quiere serlo todo en vuestra vida, daros amor verdadero, felicidad sin fin.
Os amo y con este amor os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Al dar este mensaje, la Virgen ha llenado mi corazón con la paz y el amor de Dios. Siento en este momento, mientras escribo este mensaje, una gran nostalgia del cielo. Siento que mi corazón va a estallar, vibrando de gran amor y de inmensa felicidad. Quiero decir a todos que no renuncien a sus buenas intenciones de conversión, sino que luchen, porque Dios quiere salvarnos y tenernos con él un día en el cielo. Luchad por la felicidad de vuestras familias y por la salvación del mundo. Solos no podemos hacer nada, pero con Dios y unidos a él, podemos hacer mucho, porque tendremos al que un día lo será todo en todos, con nosotros, a nuestro lado.
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